Esguinces
Una flexión fuerte del cuello –bien por malas posturas o porque se haya producido algún tipo de accidente– que haga que el movimiento natural de la articulación del cuello se lleve al extremo, puede producir una lesión en los ligamentos que sujetan la articulación. Esta distensión o “estiramiento” de los ligamentos es lo que llamamos esguince.
Dolor, contractura, dificultad para mover el cuello e inflamación de la zona son los síntomas de los esguinces cervicales y generalmente, se curan sin dificultad. La realización de radiografías y otras pruebas pueden servir para descartar otro tipo de lesiones.
Una vez confirmado que se trata de un esguince cervical, el traumatólogo será el que prescriba el tratamiento a seguir, a base de medicamentos para mitigar el dolor y la inflamación y, a veces, el uso de collarines y fisioterápia.