Necrosis
Lesiones óseas
Los huesos se "alimentan" de la sangre que les llega a través de los vasos. Si en algún momento falta ese riego sanguíneo a un hueso, se produce una necrosis u osteonecrosis, es decir, la "muerte del hueso por falta de riego sanguíneo".
Por su anatomía, la cabeza del fémur tiene pocos vasos sanguíneos que le lleven sangre. Por golpes, fracturas, luxaciones u obstrucción de los vasos (embolia), no es difícil que estos vasos se obstruyan o se lesionen, dejando al hueso sin "alimento".
Cuando esto sucede, el hueso se va deformando y rompiendo hasta quedarse "plano", lo que produce un dolor persistente que lleva a sufrir rigidez, dolor en la ingle, el muslo y la rodilla, además de atrofia muscular y cojera.
Generalmente, la solución para las necrosis es una intervención quirúrgica que sustituya el hueso dañado por una prótesis.